La dignidad y las PASO
- Matías López de Briñas
- 1 nov 2021
- 2 Min. de lectura
COLUMNA DE OPINIÓN
Hay palabras que simbolizan una época, y una de ellas es dignidad. Alguien la tiene o no. En las últimas semanas la ciudadanía demostró, mediante el voto, que la posee, dándole un cachetazo electoral al gobierno actual; mientras que el Presidente, la vicepresidenta y demás ministros mostraron que carecen de ella, y no de ahora, sino desde siempre. Pensar que van a revertir el desastre electoral regalando electrodomésticos es un rasgo de la indignidad, es creer que el pueblo es ignorante en su alma y espíritu, que todo se arregla con “platita”, como dijo el señor Gollán.
¡Qué poco conocen a su pueblo nuestros gobernantes! Los argentinos, a pesar de nuestros problemas, somos una sociedad de gente digna. Quien piense que con dádivas y regalos se cambiará el voto se equivoca, porque una cosa es vivir en la pobreza y luchar por salir adelante y otra es no tener dignidad.
Futuros robados
Con los resultados de las PASO tuve una agradable sorpresa, que me hizo cambiar muchos preconceptos erróneos que tenía. Pensaba que la mayoría de mis compatriotas ya no tenían moral, ética y sentido de la responsabilidad, y quedé estupefacto. Consideraba que la república y las instituciones del Estado no eran temas importantes para las grandes mayorías, pero ahí también fui sorprendido, y enhorabuena. Me demostraron mi ignorancia cuando minimicé el sentido de dignidad de buena parte de mis conciudadanos. Durante no pocos años estos temas parecieron no tener importancia para muchos, pero por lo visto la batalla cultural empezó a dar sus frutos, y palabras como libertad, respeto institucional y honestidad empiezan a tener la valoración que corresponde. Existe una esperanza, una llama de civismo y valentía en un país que le dijo basta al manoseo del populismo. Espero que este sea el último gobierno populista que tengamos que vivir los argentinos, no solo por el presente, sino por el futuro de las generaciones que vienen.
El futuro es nuestro, pero depende del ciudadano de a pie que no nos lo roben otra vez.

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